Ars Amandi: Ovidio Dixit
Del libro primero del Arte de amar:
Pues te hallas libre de todo lazo, aprovecha la ocasión y escoge a la que digas: «Tú sola me places.» No esperes que el cielo te la envíe en las alas del Céfiro; esa dicha has de buscarla por tus propios ojos. El cazador sabe muy bien en qué sitio ha de tender las redes a los ciervos y en qué valle se es- conde el jabalí feroz. El que acosa a los pájaros, co- noce los árboles en que ponen los nidos, y el pescador de caña, las aguas abundantes en peces. Así, tú, que corres tras una mujer que te profese cariño perdurable, dedícate a frecuentar los lugares en que se reunen las bellas. No pretendo que en su persecución des las velas al viento o recorras lejanas tierras hasta encontrarla; deja que Perseo nos traiga su Andrómeda de la India, tostada por el sol, y el pastor de Frigia robe a Grecia su Helena;pues Roma te proporcionará lindas mujeres tanto en número que te obligue a exclamar: ¡»aquí están todas las hermosuras de todo el orbe»!
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